Cancún, 15 de abril.- Las principales ciudades de Quintana Roo están enfrentando un grave problema: cada vez cuentan con menos áreas verdes. Por cada quintanarroense que vive en Cancún, Playa del Carmen o Chetumal se cuenta con cuatro árboles urbanos, cuando el promedio recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 16 árboles por cada persona.
Esta situación trae varias consecuencias negativas para la población y el medio ambiente: se está perdiendo el principal filtro para los contaminantes urbanos, la temperatura se eleva en hasta cinco grados centígrados en verano, y la contaminación acústica, que debería ser atenuada por los follajes, se dispara hasta en 40 decibeles más, afectando con ello la tranquilidad de los habitantes.
Jorge Estrada Casado, biólogo e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la flora urbana juega un importante papel en la mitigación de los impactos ambientales. Sin embargo, el crecimiento desordenado que impera en Quintana Roo, donde se construyen grandes fraccionamientos que al final se convierten en planchas de cemento sin árboles, está cobrándole ya la factura a la población.
“Hace 15 años realizamos un estudio para determinar el acceso que tienen los quintanarroenses en las ciudades como Cancún, Chetumal, Cozumel y Solidaridad a las áreas verdes. Encontramos que en el 67% de los parques, camellones y lotes baldíos se contaba con suficientes árboles para tener una tasad de 13 árboles por persona, una cantidad que si bien no es la recomendada, al menos era suficiente”, declaró el experto a este portal de noticias, Estosdías Online.
Sin embargo, el año pasado volvieron a hacer la medición y los resultados fueron aterradores: sí, los parques habían aumentado su número en las ciudades de la entidad de 741 a mil 305, pero ya la mayoría eran domos deportivos sin flora: ahora solo el 38% de los parques de la entidad cuentan con suficientes áreas verdes, además de que en ese tiempo se construyeron más de 146 fraccionamientos sin las aéreas verdes suficientes.
Explico que éste último punto se comprobó que las desarrolladoras no cumplían con las leyes locales de que al menos el 30% del área total debe destinarse a parques y jardines, cuya superficie será considerada como un bien del dominio público del municipio.
“En su lugar encontramos que la mayoría de los fraccionamientos entregaba solo el 20% de su superficie para estos usos. Y ni siquiera eran espacios adecuados, pues la mayoría entregaba las zonas donde tiraban el sobrante de materiales, o excavaban el sascab, lo que los hacía prácticamente inútiles para la siembra de árboles. Ni siquiera se preocuparon por dejar plantas en los jardines de las casas o camellones”, declaró.
Relató que éstos son los principales motivos por los que se han incrementado problemas como hundimientos en las grandes ciudades, ya que esta flora se encarga de filtrar de manera correcta el agua de las lluvias. Su ausencia también provocó que la temperatura en las urbes de la entidad aumente en al menos cinco grados, ocasionando que los días y hasta las noches sean aún más calurosas.
“Es urgente que se legisle en la materia, a fin de especificar que las desarrolladoras no deben dejar solo áreas verdes, pues existe una laguna en la interpretación de este término que tiene como consecuencia lo que mencioné anteriormente, sino que en su lugar deben plantar o dejar tanto número de árboles en proporción al número de estimado de personas que vivirán en el lugar, a fin de garantizar que sean de 12 a 16 árboles por cada uno”, detalló.