Órganos internos de control, espacios políticos de colocación

Foto: Ruptura 360

La última palabra

Por Jorge A. Martínez Lugo

Personajes reciclados de la política tradicional que esperaban hueso y pago de favores.

La XVIII legislatura aprobó la designación de titulares de órganos internos de control (OIC) de cinco organismos autónomos, en lo que fue una feria de repartición de cargos en medio de un proceso que ha sido muy cuestionado tanto por la falta de transparencia y autenticidad, como la falta de igualdad para hombres y mujeres.

Las y los nuevos titulares, son personajes reciclados de la política tradicional que, disciplinados, estaban en la banca esperando algún hueso, en otros casos, para pagar favores pólíticos.

Fue un proceso meramente protocolario para cumplir con la ley, pero la percepción social (percepción es realidad) es que los nombramientos ya estaban otorgados de antemano.

Los OIC ya existían desde hace varios años tanto en las dependencias del gabinete legal, ampliado y en este caso autónomos; operaban como espacios de tercer nivel, con categoría de jefatura de Departamento o de Oficina, que fueron creados porque la ley lo exigía.

La ley se acata, pero no se cumple, reza el viejo adagio. Hasta ahora estos espacios lo ocupaban servidores públicos de menor rango, burócratas que buscaban hacer méritos para comenzar alguna carrera en el servicio público, pero ahora se convirtieron en espacios políticos, si bien menores, mientras vienen mejores tiempos.

Formalmente, los OIC dependen de la Secretaría de la Contraloría incrustados en las dependencias públicas, dizque para combatir la corrupción, pero se han convertido en lo mismo. Sus titulares deben rendir cuentas a la Contraloría, no a la persona titular del organismo en el que se desempeñan, pero en realidad estaban enteramente sometidos y sus jefes en realidad eran quienes debían estar vigilados por ellos.

Teresita de Jesús, Quivén Feria en la FGE; Luis Alberto Alcocer Anguiano en el Ieqroo; Edwin Celis Madrid en el TJAyA; Karla Noemí Cetz Estrella en la CDHQR; y Francisco Flota Medrano en el Idaipqroo.

Con estas resistencias a los principios de no robarás, no mentirás y no traicionarás, el cuatroteísmo caribeño sigue dándole vueltas a la ley, con procesos fast track y herméticos, mientras piensan que el pueblo es tonto.

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