CIUDAD DE MÉXICO.- Las universidades privadas prevén una reducción de su matrícula de entre 10 y hasta 30 por ciento para el próximo ciclo escolar a causa de la pandemia de covid-19.
Inclusive, entre un 10 y 15 por ciento de las instituciones de educación superior privadas en el país están en riesgo de no soportar la crisis y deberán cerrar sus puertas, estimó José Antonio Llergo Victoria, secretario general de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quien advierte que la crisis tendrá un efecto en las aspiraciones y posibilidades de algunos jóvenes para seguir estudiando en la instituciones de educación superior privadas o para iniciar su formación en éstas.
“A nivel nacional, la matrícula de universidades privadas representa casi 40 por ciento de la matrícula de la educación superior. La implicación en porcentaje es muy alta. Si de este 40 por ciento, un 10 por ciento o un 20 o un 30 por ciento no puede continuar sus estudios en una universidad privada, muchos buscarán la alternativa de la educación pública, un primer problema que tendríamos que enfrentar como sociedad es que la oferta pública también es limitada por los espacios que ofrecen estas universidades”, expuso.
La Universidad La Salle, por ejemplo, que tiene una matrícula de 12 mil estudiantes, estima que para el próximo ciclo escolar entre cinco y 10 por ciento de sus alumnos puedan tener dificultades para pagar sus colegiaturas, aún con los apoyos ofrecidos por la institución, entre los que se encuentran el hecho de no incrementar sus cuotas para el siguiente ciclo escolar.
“Es una situación inédita. Nunca habíamos vivido esto en esta dimensión. Sí prevemos una disminución en el caso de nuestros alumnos de nuevo ingreso, pero también pensamos que podemos captar a una parte de esos estudiantes que no podrían tener acceso a universidades que son de igual prestigio como nosotros, pero que son bastante más caras”, señaló Alejandro Torres González, director de administración de la Universidad de La Salle.
En tanto, la Universidad Iberoamericana ha hecho una proyección de que su matrícula de nuevo ingreso, que cada semestre de otoño es de alrededor de mil 800 nuevos estudiantes, puede disminuir entre un 20 y un 25 por ciento.
Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para que esto no suceda, aunque cabe señalar que esta situación es particularmente compleja, porque no sólo responde a un tema económico, sino también a una decisión muy familiar y muy personal de cada uno de los estudiantes de si quieren o no quieren iniciar un semestre a distancia, que eso ha sido la principal cuestión o la principal preocupación que nos han externado, que dicen: ‘cómo voy a empezar mi carrera a distancia, yo quiero empezar mi carrera en el aula, con todos los servicios que me ofrece la universidad’”, explicó Carlos Valle, director de Comunicación Institucional de la Ibero.
En este contexto, Alma Maldonado, especialista en educación superior, planteó que si bien es posible esperar que algunos estudiantes migren de unas instituciones más o menos consolidadas a unas más baratas o a la universidad pública, la otra posibilidad es que deserten o interrumpan sus estudios, “lo cual también es un panorama terrible”.
Ante ello, consideró que habría que pensar en algunos tipos de programas o alianzas para los estudiantes en riesgo de abandonar sus estudios universitarios o de ni siquiera poder iniciarlos como consecuencia de la pandemia.
Fuente: Excélsior