Morelos, 05 de abril.- Hace 10 años, Edgar Martínez Fernández salió de Ocuituco, una de las zonas más pobres cerca de Cuernvaca, Morelos, haciéndole una promesa a su madre: se iba a graduar como Médico Cirujano e iba a regresar a ayudarla a ella y a todos los habitantes de la comunidad.
Este año Edgar por fin se recibió de la Facultad de Medicina UAEM, tras años de duro sacrificio por parte de él y de su madre, quien tuvo que realizar trabajos extra y vender casi todo lo que tenía, con tal de que su hijo pueda cumplir su sueño de ser doctor.
Y correspondiendo al amor y sacrificio de su mamá, Edgar, a sus 30 años, volvió a su pueblo para ofrecer consultas gratis, incluso hasta regalando las medicinas.
“Mi pueblo no tiene acceso a un sistema de salud. Es tan pequeño y pobre, que ni siquiera cuenta con un centro médico. Cualquiera que se enferme debe viajar más de 20 kilómetros hasta la ciudad más cercana, y conseguir medicamentos en el pueblo que está a 16 kilómetros”, cuenta Edgar.
Su madre con lágrimas en los ojos comenta el orgullo de ver a su hijo no solo graduado, sino también ayudando a las personas que más lo necesitan.
Con una improvisada mesita, una laptop y un bote, el joven cirujano brinda más de 80 consultas los fines de semana.
“Por el momento fui mandado a un hospital de la capital, pero todos los fines de semana que tengo libres los voy a pasar en mi pueblo. Ya comencé a construir el que será el primer consultorio de la comunidad, y espero que este año pueda inaugurarlo”, comenta.