CANCÚN, 27 DE FEBRERO.- Todas las mañanas, José carga su pala y carretilla para dirigirse a la avenida 20 con Kabah, a la espera de que alguien contrate sus inusuales servicios: tapar problemáticos baches a cambio de una propina.
Todo inició a inicios de la pandemia, hace casi un año, cuando por culpa de la contingencia se quedó sin empleo.
Un día, se encontró con un bache en el que caían varios vehículos. Decidió taparlo con un poco de cemento y tierra que le sobraba. Los vecinos, agradecidos, le dieron propina.
Desde entonces recorre las calles de Cancún para hacer el trabajo que le corresponde al Ayuntamiento. En algunos lugares rellena con tierra y piedras, mientra que en otros, cuando se lo piden, lo hace con cemento, para que la reparación sea más duradera.
“No tengo teléfono, así que no creo que sea fácil comunicarse conmigo. Pero siempre estoy aquí hasta el mediodía, en el cruzamiento de la avenida 20. Si no sale chamba, me voy a recorrer las calles para buscarla. Así que si tiene un problema con un bache, no duden buscarme”, dice.