TULUM.- La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó la autorización ambiental para la construcción de una nueva zona de captación de agua potable en Tulum, al considerar que el proyecto afectaría de forma grave al Parque Nacional del Jaguar, Área Natural Protegida (ANP) de alto valor ecológico y federalmente resguardada.
La iniciativa, impulsada por la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), contemplaba la apertura de 24 pozos de extracción en una superficie de 70 hectáreas, con una inversión estimada en 542 millones de pesos, cerca de la comunidad de Macario Gómez y en las colindancias con el Parque del Jaguar.
El objetivo era responder a la creciente demanda de agua potable en el municipio, derivada del acelerado desarrollo turístico, inmobiliario y de infraestructura federal.
Sin embargo, tras el análisis de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) ingresada por CAPA en 2024, Semarnat resolvió que el proyecto implicaba riesgos significativos para la conservación de la zona núcleo del Parque Nacional del Jaguar.
Entre las observaciones, la dependencia federal señaló la falta de un análisis integral de los impactos acumulativos, omisiones sobre la incidencia del proyecto en el ANP, e incongruencias en la superficie solicitada para el Cambio de Uso de Suelo.
“El proyecto no contempla adecuadamente las afectaciones al ANP Jaguar, y presenta una deficiente valoración de sus impactos ecológicos. La pérdida de cobertura vegetal y la alteración de servicios ecosistémicos serían considerables”, se detalla en el resolutivo 31-25 emitido por Semarnat.
Los pozos estaban planeados para instalarse en terrenos gestionados por el Gobierno del Estado a través de la Agencia de Proyectos Estratégicos (Agepro), sobre un predio de aproximadamente nueve hectáreas.
Aunque CAPA argumentó la necesidad del proyecto por el crecimiento poblacional y la insuficiencia de la infraestructura hídrica actual, la resolución federal impide avanzar en la zona propuesta bajo los términos actuales.
Esta negativa pone en evidencia los desafíos que enfrenta Tulum para garantizar el abasto de agua potable sin comprometer sus ecosistemas estratégicos.
Con la decisión de Semarnat, las autoridades estatales y municipales deberán explorar nuevas alternativas que respondan a la demanda hídrica sin transgredir los lineamientos de protección ambiental en un territorio donde el equilibrio ecológico es ya sumamente frágil.