Sheinbaum contra la extorsión: un acierto

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El minotauro

Nicolás Durán de la Sierra

El anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum de que la extorsión será perseguida de oficio en México y que para ello se apresta todo un andamiaje legal, es una buena noticia para el Estado, donde esta modalidad del crimen organizado ha crecido a tal grado que, según la estatal Mesa de Seguridad Ciudadana y Justicia, se registran en promedio once denuncias diarias.

No obstante, aclara el propio documento, el volumen es mucho mayor, pues sólo se denuncia, si acaso, un diez por ciento de los delitos. Se señala asimismo que es en el sector de la construcción, seguida por restaurantes y pequeños negocios, donde la extorsión se da en mayor medida y donde es más violenta. No han sido pocos los albañiles muertos por no pagar “derecho de piso”.

La iniciativa presidencial busca tener a la extorsión por crimen de Estado, lo que quita a la víctima el peso de la denuncia por los graves riesgos que implica y que incide en la falta de denuncia. Se va también por la anulación de los teléfonos usados, la revisión de los llamados call centers o centrales telefónicas y de las cárceles donde muchas veces se origina el delito.

El último punto es de sentido común y requiere sólo de la voluntad de la autoridad para limpiar las cárceles y acabar con las complicidades entre reos y funcionarios. El incluirlo en la iniciativa es hasta ocioso. Es probable que en los días por venir esta sea aprobada por el poder legislativo y tras pasar por las cámaras estatales, tenga vigencia en todo el país.

Si bien la extorsión afecta a todos los estratos sociales, es más dramática en la base comunitaria, las más indefensa. La sufren hasta los tendejones callejeros.

Del tintero: A Diego Castañón, el verde alcalde Morena en Tulum, deben rediseñarle sus redes sociales, tan caras para él, pues la realidad las rebasa por mucho. No sólo la extorsión sino toda suerte de delitos, desde balaceras hasta “ejecuciones”, son el pan diario en el municipio. La crisis de la alcaldía no es de seguridad, sino de gobernabilidad. Sin embargo, en su favor debe reconocérsele que acariciar perritos en las calles se le da muy bien. Algo es algo.

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