Congruente con la turbia mediocridad que la caracteriza y exterminando a mansalva todas las expectativas parlamentarias de reforma y gestión constitucional que hubieran podido esperarse del morenismo presidencial y sus alianzas partidistas, la XVI Legislatura del Congreso del Estado implementó recientemente la denominada tecnología blockchain para certificar la documentación legislativa. De acuerdo con el presidente de la Junta de Coordinación de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), el verde Gustavo Miranda García, quien impulsó la compra del costoso sistema en cuestión, el Congreso de Quintana Roo hace historia al convertirse en el primero en el país en hacer uso de una plataforma que protegerá todas las iniciativas presentadas por los diputados y ciudadanos, evitando cualquier suplantación o modificación. Sin embargo, hasta ahora el número de iniciativas de los diputados no rebasa las 280 (y entre ellas no hay una sola que atienda los más graves problemas estructurales del Estado, como los de las invasiones de predios y la colonización irregular fomentadas por las mafias de la industria inmobiliaria, tipo ‘antorchistas’, que lucran con el precarismo y destruyen la sustentabilidad urbana y ambiental, enarbolando banderas de justicia y causa sociales), lo que de ninguna manera justifica los casi 60 millones de pesos que costará mantener dicha tecnología cada año. Pero por supuesto que el verde diputado Miranda García se ha negado a transparentar el proceso de compra de la ‘herramienta’ con la que hoy presume un Congreso más transparente (“tan transparente que no se ve”, hubiese dicho el viejo dinosaurio priista y campechano Carlos Sansores Pérez, y que sólo se siente por este tipo de cínicos maniobreos demagogos y ofensivos de la representación popular y del sentido común, donde se lucra tras la retórica falaz de todo lo que se niega o se defiende). La Legislatura que llegó en 2018 gracias a la fuerza del Morena –el partido que hoy no se distingue de sus parásitos del Verde Ecologista y el Partido del Trabajo, ni de sus opositores- con la promesa de hacer un cambio y de combatir la corrupción, es un estercolero en muchos sentidos peor al de los peores que lo precedieron.
Javier Ramírez
Se trata de un vil negocio privado, tanto más cochambroso cuanto más evidente e inocultable por sus dimensiones y la burda demagogia que pretende justificarlo, en medio de un escenario de tantas calamidades presupuestarias y tantas urgencias de gasto en lo esencial, a medida que se multiplican las demandas y los rezagos sociales entre la crisis sanitaria y la económica.
El pasado 1 de marzo, el diputado verde, Gustavo Miranda García, anunció con bombo y platillo en la ciudad de Cancún que el Congreso de Quintana Roo se convertiría en el primero en el país en poner en marcha la tecnología llamada blockchain, con el fin de brindar mayor transparencia en el manejo de la información legislativa.
Acompañado de Ricardo Vázquez, representante de Avalanche, plataforma encargada del desarrollo de este sistema, Miranda García aseguró que “esta tecnología abona a la confianza de los ciudadanos, entidades y legisladores sobre la protección de documentos legislativos y con ello ir en contra de la modificación o destrucción de las iniciativas presentadas.”
Sin embargo, al ser cuestionado sobre el costo de implementar dicha tecnología, Ricardo Vázquez comentó que queda en manos del Congreso darlo a conocer, aunque aceptó que sí implica una “inversión importante”.
Desde entonces, el Congreso del Estado ha recibido y detenido más de 10 solicitudes para que se transparente la compra del software, aunque ya ha trascendido que tendrá un costo de alrededor de 60 millones de pesos al año, una cantidad inconcebible en tiempos tan difíciles como los que ahora se padecen.
Tanto para nada
De acuerdo con el verde Miranda García, este nuevo sistema garantiza la integridad de la información parlamentaria, pues impide la suplantación o modificación de los documentos legislativos. Explicó que quien presente una iniciativa obtendrá un código QR, mismo que al ser escaneado lo llevará directamente a un sitio donde podrá consultar, descargar y validar su documento, con el fin de dar un seguimiento puntual al trámite.
Por su parte, en su canal oficial, Avalanche reiteró que con el blockchain la transparencia será un factor presente en todo el proceso legislativo. “Existirán elementos como la disponibilidad en todo momento de los documentos. Toda información contenida en los documentos certificados podrá ser exhibida en cualquier momento sin ser modificada”, aseguró.
Pero, ¿requiere el trabajo de la actual Legislatura el servicio de esta tecnología, y sobre todo ahora, en medio de la crisis?
De acuerdo con el portal de transparencia del Congreso del Estado, la XVI Legislatura ha presentado hasta el 23 de marzo último un total de 279 iniciativas. Apenas 50 más que su escuálida antecesora, que tuvo 229.
Se trata de un número ridículo si se le compara, por ejemplo, con las más de 500 presentadas por el Congreso de Coahuila tan sólo el año pasado, y con las 3 mil 327 iniciativas y puntos de acuerdo que lleva la LXIV Legislatura de Oaxaca desde 2018 y hasta el pasado 7 de octubre.
Empresa fantasma
Aunque el diputado verde, Miranda García, y el secretario general del Congreso, Renán Sánchez Tajonar, han evadido cualquier cuestionamiento sobre el costo de la puesta en marcha de la tecnología blockchain, ha trascendido que se pagará a la empresa MTZ Especialistas y Soluciones Integrales S.C., un contrato mensual de 4 millones 964 mil 800 pesos; es decir, que cada año se desembolsarán 59 millones 337 mil 600 pesos.
Pero el elevado costo es sólo la punta del iceberg, pues la documentación digital de dicha empresa indica que tiene su domicilio en Calle Ajusco #812, Colonia Volcanes, de la ciudad de Oaxaca, donde en realidad opera una clínica veterinaria denominada “Pet & Co.”
Además, la referida empresa no figura en la base de la página Data México, que recopila los nombres de compañías que brindan y vendan soporte técnico en el país. En cambio, una búsqueda rápida arroja que MTZ Soluciones Integrales es en realidad una empresa enfocada en la remodelación y diseño de interiores, así como en la reparación y mantenimiento de instalaciones eléctricas, con sede en Torreón, Coahuila.
Gasto oneroso, innecesario y perverso
Ante el secretismo que mantiene el Congreso del Estado, el presidente del Observatorio Legislativo, Eduardo Galaviz Ibarra, expresó que es urgente investigar el proceso de compra del referido software, debido a que 60 millones de pesos al año -los cuales tendrá que erogar la Secretaría de Finanzas y Planeación del Gobierno estatal (Sefiplan)- es prácticamente el presupuesto de una sola dependencia. El Instituto de la Cultura y las Artes (ICA), por ejemplo, recibe anualmente 61 millones 549 mil 580 pesos.
Por su parte, la diputada independiente Reyna Durán Ovando, haciendo uso de la tribuna, exigió al verde Miranda García que rinda cuentas por la compra del software, pues, dijo, ha generado más dudas que beneficios para el Congreso del Estado.
Lo cierto es que Avalanche, como lo indica su página web, es una plataforma de código abierto, por lo que basta un equipo de desarrolladores para instalar el blockchain de manera gratuita. Es el almacenamiento de datos lo que aumenta su costo, así como el número de nodos que se maneje.
El servicio Azure Blockchain, que proporciona Microsoft, tiene un costo aproximado de 6 millones de pesos al mes, incluyendo dos nodos con 10 gigas de almacenamiento cada uno y el mantenimiento de los mismos, aunque las empresas que contratan esta clase de servicios son de la envergadura de Facebook, Apple, FedEx, Toyota y Walmart, que requieren tener su información descentralizada las 24 horas del día.
Tecnología antifraudes
La tecnología blockchain, basada en las bitcoins, o criptomonedas, es, esencialmente, una plataforma que permite a las personas contraer un acuerdo sin intermediarios sobre prácticamente cualquier cosa, evitando cualquier intento de manipulación.
Con los métodos tradicionales, los procesos de verificación de documentos son lentos, pues se tiene que mandar un correo para cotejar que los datos sean correctos en las bases de datos. Con el blockchain sólo se necesita escanear un código QR para acceder a los datos, sin necesidad de introducir datos personales.
Con los recientes informes sobre venta de pruebas falsas de covid, se espera que esta tecnología tenga un mayor auge.