CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando se trazó la ruta del Tren Maya, el Tramo 4 no era como el que actualmente se construye. Aunque tenía el mismo origen y destino, se debió evitar una zona debido a que representaba riesgos geológicos. El cambio provocó una disminución en la estimación de la rentabilidad de la obra en 8% y aumento de 12.2% en los montos de inversión requeridos.
El riesgo identificado no fue el único. Documentos obtenidos por El Universal , en los que la consultora PwC y que, a decir del diario, fueron omitidos en la propuesta a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), señalan más tramos en los que podría haber fallas en el terreno.
“De Mérida a Cancún se ha detectado roca caliza y una probabilidad del 75% de riesgo en los tramos más complicados”, dice el documento. Esta probabilidad se encuentra en Golfo 3 (Tramo 4), Caribe 1 (Tramo 6) y Selva 2 (Tramo 7).
En caso de presentarse, hay 95% de probabilidad de que tenga un impacto alto en el calendario del proyecto con un retraso de 12 meses. También hay 95% de posible ocurrencia de que de haber dichos problemas en el terreno haya un sobrecosto de 20%.
En dichas secciones también hay 75% de probabilidad de que se encuentren sitios arqueológicos que no estaban considerados, lo que podría incrementar el tiempo de edificación por seis meses. Hasta el momento, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), han reportado encontrar 13,911 restos arqueológicos, pero no han representado cambios significativos en los planes.
En el resto de tramos hay una probabilidad de 25% de encontrar fallas geológicas que pueden aumentar el tiempo de construcción por cinco meses y un aumento en el costo de 10%.
Fuente: Expansión