Tamaulipas, castigada por el terror de los cárteles y el narcogobierno de Cabeza de Vaca

Tamaulipas, una de las entidades más importantes del país gracias a su privilegiada posición geográfica y actividad industrial, ha sido durante décadas presa de grupos delictivos que han aprovechado su poderío económico para corromper a las autoridades. Agentes de Tránsito, comandantes policiacos, alcaldes y hasta gobernadores han entrado en la nómina de los capos de la droga más grandes de la región, quienes han establecido un narcogobierno y dejado miles de muertos. No por nada dos de sus últimos cuatro mandatarios están hoy tras las rejas. El último de éstos, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, delincuente desde su juventud, habría corrido el mismo destino desde hace un par de meses, pero con el apoyo de un Congreso estatal sometido a sus pies logró evitar el desafuero y la detención. Incluso hoy, tras uno de los episodios más lamentables en la historia de Reynosa, el panista se anotó una victoria que le permitirá seguir gobernando hasta el final de su gestión el próximo año. Los habitantes de esa entidad ya dieron visos de querer un cambio, luego de que el pasado 6 de junio votaron a favor de una mayoría del Morena en el Congreso local, pero mientras eso ocurre todo indica que las matanzas, los secuestros y la crisis ambiental continuarán como si no existiese autoridad, municipal, estatal o federal, que abone a la seguridad y la paz social.

Javier Ramírez

El pasado 19 de junio, Tamaulipas vivió uno de sus peores días cuando integrantes del crimen organizado, a plena luz del día, abrieron fuego y mataron de manera aleatoria a 15 civiles a su paso por la ciudad de Reynosa.

Unos seis grupos delictivos se disputan el control del Estado, varios de ellos células de los cárteles del Golfo y de los Zetas, los cuales han sembrado el terror tanto en las ciudades como en las carreteras, donde decenas de personas han sido secuestradas en los últimos años, ante la incapacidad de las autoridades para detenerlos.

A este clima de inseguridad, se suma una crisis ambiental que ha dejado sin agua a decenas de comunidades y ciudades del sur. Y sin embargo, nada de eso parece quitarle el sueño a los integrantes de la LXIV Legislatura del Congreso de Tamaulipas, quienes unos días después de la masacre, el 23 de los corrientes, estuvieron más preocupados en aprobar una reforma que permitirá al actual gobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, concluir su mandato el próximo año, evitando que la próxima Legislatura, que entrará en funciones el próximo 1 de octubre con una mayoría morenista, intente desaforarlo para que enfrente a la Justicia de una vez por todas.

Multihomicidio en Reynosa  

En la tarde del sábado 19 de junio, un comando de delincuentes armados, a bordo de varios vehículos, inició un recorrido por la ciudad de Reynosa y disparó en contra de cualquier civil que se cruzó en su camino. Decenas de llamadas de auxilio empezaron a llegar a los números de emergencia, por lo que las autoridades policiacas y paramédicos acudieron a colonias como Bienestar, Lampacitos, Unidad Obrera y Almaguer, donde hallaron cadáveres de civiles.

Las víctimas, todas ellas aleatorias, fueron desde jóvenes a quienes intentaron robarles sus vehículos, hasta septuagenarios que estaban afuera de sus hogares o tuvieron la mala fortuna de estar en el lugar y momento equivocados.

Tras un intenso operativo, elementos de la Policía Estatal consiguieron ubicar dos unidades en las que viajaban presuntos sicarios con rumbo hacia la carretera a Río Bravo, por lo que los interceptaron. Tras una balacera, los agentes consiguieron abatir a un delincuente y liberar a dos mujeres que habían sido secuestradas.

Horas más tarde, otro enfrentamiento ocurrió entre los policías y sicarios, dejando saldo de tres de estos últimos muertos.

Las muertes cesaron ese día, pero el temor a nuevos ataques provocó que los negocios cerraran sus puertas y que las familias se resguardaran en sus casas, donde ni así se sintieron del todo seguras.

Horas después, el fiscal general de Justicia, Irving Barrios Mojica, entregó su reporte final de los lamentables hechos: 15 civiles y cuatro probables delincuentes fallecieron durante los hechos del 19 de junio, que, aseguró, tuvieron la intención de provocar inestabilidad social.

“De las diversas líneas de investigación, cobra fuerza y relevancia la hipótesis de la desestabilización social del Municipio de Reynosa, por parte de las distintas fracciones del Cártel del Golfo, (y las agrupaciones delictivas) Ciclones y Scorpiones asentadas en Matamoros y Río Bravo para el control de la zona donde se localiza el Puente Internacional Pharr, donde se tiene conocimiento opera la fracción denominada Metros”, aseveró.

Provocación, no terrorismo: AMLO y especialistas

Días después de los hechos, el presidente Andrés Manuel, en su conferencia mañanera, expresó que su Gobierno buscará llegar al fondo del asunto, “porque fue un acto de provocación, desde luego muy reprobable porque perdieron la vida inocentes, pero tenemos que saber qué originó esta acción porque no hubo un enfrentamiento, dispararon contra la gente inocente”.  

Aseguró que ya hay avances en las investigaciones y que ya hay detenidos, por lo que la Fiscalía General de la República atrajo el caso. Solicitó además a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, informar del caso “con todas las reservas que se requieran, más que nada porque está abierta la investigación”.

Sin embargo, se negó a calificar los hechos como un acto de terrorismo. “No se puede hablar a la ligera de terrorismo, como algunos quisieran, porque eso da pie a que Gobiernos extranjeros se inmiscuyan en asuntos que sólo corresponden a México”, aseveró.

En este sentido coinciden especialistas, como el profesor investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Javier Oliva, quien en entrevista con el periódico Milenio señaló que es necesario diferenciar entre la violencia terrorista y la violencia criminal. La primera, dijo, busca reivindicar una causa, mientras que la segunda solamente tiene intereses económicos.

Llamar terroristas a los criminales de Tamaulipas, apuntó, sería suponer “que tienen un halo o un tufo ideológico”, cuando solamente son “una punta de delincuentes sin ninguna perspectiva social”.

En esa misma opinión se expresó el director del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de las Américas Puebla, Gerardo Rodríguez, quien mencionó que si bien los criminales utilizan métodos que provocan terror, no es el terrorismo que se especifica en los códigos penales o internacionales.

Asimismo, coinciden en que el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García, no está haciendo lo que le corresponde y, como otros antes que él, está contribuyendo a escribir una página negra del poder de los narcotraficantes.

Aumentan operativos y alertas

Mientras los diputados locales de Tamaulipas “blindaban” hasta el próximo año la gestión de Cabeza de Vaca, los operativos para localizar a más involucrados en la masacre de Reynosa continuaban a lo largo y ancho del Estado.

Al menos 18 personas, que estaban privadas de su libertad, fueron rescatadas en dos de estas acciones.

Al respecto, el gobernador de la entidad vecina de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, denunció que el rescate de estas personas fue un trabajo coordinado con las autoridades de Tamaulipas, con el apoyo del Ejército y la Guardia Nacional.

En los últimos años, la carretera que une a ambos Estados se ha convertido en zonas de operación de los diversos cárteles, no sólo para el paso de la droga sino también para el secuestro de civiles, mexicanos o indocumentados centroamericanos, por quienes piden rescate para dejarlos vivir.

Ante la situación actual del Estado, el Consulado General de los Estados Unidos en Matamoros lanzó el 25 de los corrientes una alerta de seguridad para Reynosa, Río Bravo y zonas circunvecinas, pidiendo a su personal y a los ciudadanos estadounidenses no viajar a dicha entidad debido a la delincuencia y a los secuestros.

Quienes tienen que viajar, apuntó, deben mantenerse alertas durante el día y evitar los viajes por la noche, revisar los planes de seguridad personales e informar a familiares y amigos sobre el paradero, entre otras.

Igualmente recomendó a los ciudadanos estadounidenses que se inscriban en el Programa de Registro de Viajero Inteligente para recibir mensajes de seguridad y otras informaciones sobre viajes.

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