Y vamos de nuevo: las redes sociales sirven para exhibir a comercios que ofrece un pésimo servicio o un mal producto, pero ¿Qué pasa cuando al final resultó que lo tóxico era el cliente?
Así sucedió hoy en San Luis Potosí, cuando Gloria N publicó en todos los grupos de comida locales, el supuesto pésimo servicio que recibió por parte de la pastelería de Fátima Méndez: acusándola de entregarle un producto defectuoso y de mala calidad.
Sin embargo, la pastelera no se dejó y realizó una simple publicación que le dio la vuelta a todo: resulta que quien compró el pastel no fue Gloria, sino su esposo. El hombre escogió uno que le gustó por los colores llamativos, destacando el rosado, para su hijo pequeño.
Dos horas después regresó el señor, apenado, porque su esposa (Laura) lo mandó a cambiar el producto, debido a que para ella el color predominante rosa haría que sus amigas piensen que su hijo es gay.
“Le explicamos al señor que no podemos hacer el cambio una vez fuera el producto, ya que no tenemos garantía que fue manipulado, y al pasar más de media hora fuera de un frigorífico, pierde consistencia y se hecha a perder pronto. El señor lo entendió, pero horas después hablo la señora para reclamar exigiendo no solo un cambio, sino un reembolso”, declaró Fátima.
Por supuesto que esta petición fue rechazada, lo que provocó la furia de la mujer, quien enseguida agarró su celular y comenzó a publicar en todo grupo que encontró, pestes en contra de la pastelería.
Luego le mandó mensaje a Fátima, advirtiéndole que si no accedía a su extorsión, seguiría afectando su imagen.
Pero la pastelera se mantuvo firme, y decidió publicar explicando la historia. Hasta el pobre marido lo corroboró, y al verse descubierta, doña Laura no tuvo más opción más que eliminar sus publicaciones.