De retrasadas marchas y parques rescatados

El minotauro

Por Nicolás Durán de la Sierra

El presente comentario ha de ir por dos sendas: la de la colorida marcha en disque defensa del INE en la plaza central del país y en varias ciudades de interior, todas ellas pintorescas; y otra, la del anuncio de Lili Campos, alcaldesa de Solidaridad, en torno a la próximo apertura del parque Xamán Ha, en Playa del Carmen, el que será público y, por ende, tendrá la entrada libre.

Abundo en ello porque se dieron voces insidiosas que alertaron sobre la posible privatización del parque, que sería entregado en feliz comodato a una empresa, lo que hizo que la edil panista se pronunciara al respeto y se anota que es panista, no por su filiación política, que es asunto de ella, sino porque es rara avis en un Estado casi en su totalidad manejado por Morena.

Sin embargo, hoy por hoy la entrada a este parque de casi diez hectáreas ubicado en el norte citadino, está acotada, lo que alentó las voces de su privatización. Sea como fuere, la alcaldesa dijo que se analizaría el cómo financiar la operación del área verde. El que el anuncio de corte popular pudiera tener afanes reelectorales, es otro asunto. ¡Pérfida oposición en ese municipio!

Mas vamos a la colorida marcha del pasado domingo en la capital del país, que el ver a la grey panista bajar una manta con la leyenda “García Luna no se toca”, fue una grande pincelada de humor, aunque también lo fue la guerra de cifras ocurrida. Medio millón clamaban unos; cien mil con turistas incluidos, decían otros, y de paso el “el INE sí se toca”; las discrepancias de siempre.

Va un aporte: en la Plaza de la Constitución sólo caben 200 mil personas: cuatro por metro cuadrado, incluidas las calles aledañas. Esta fórmula sirve para todo mitin, así se tratase de un concierto del mismísimo Rigo Tovar resucitado. La plaza central de Cancún tiene aforo para 13 mil personas y 15 mil si se suma el tramo frontal de la avenida Tulum. Cosa de números y superficies.

Sobre la objetivo del mitin, puede decirse que está fuera de lugar, pues las reformas a la ley electoral ya fueron aprobadas por el Senado y están por ser publicadas en el Diario Oficial; así, la marcha tuvo cierto tufillo a “ya pa’que”, de no ser tomada como un bonito paseo dominical que a los asistentes les dejó codearse con Narro, Creel, Alito y otros especímenes de la fauna política nacional.

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