
La última palabra
• La mayor parte de ingresos, 37.7%, lo destinan a alimentos y bebidas; el 19.5% a transporte y servicios de internet; a educación apenas 9.6%.
Por Jorge A. Martínez Lugo
Las familias mexicanas gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentación y bebidas con el 37.7%; en segundo mayor gasto es para transporte, telefonía y servicios de internet con 19.5%; mientras que para educación el gasto es apenas del 9.6%.
Al respecto, se observa el “dato preocupante que uno de los elementos para que pueda salir adelante una sociedad deberían destinar los hogares es a la educación; y no solamente es el menor porcentaje lo que observamos, sino que su tendencia ha venido disminuyendo de manera preocupante en las últimas encuestas”, sostiene el Observatorio Legislativo de Quintana Roo.
De acuerdo con el boletín número 276 que circula a partir de este 13 de agosto, en 2024 cada hogar tuvo un ingreso corriente promedio mensual de 25,955 pesos, esto representa, comparativamente con la encuesta realizada en el año 2022, un incremento del 10.6%, lo cual son buenas noticias de manera general.
La encuesta divide a la población en 10 sectores o deciles, del uno al 10 siendo el primer decil el de la población con ingresos más bajos y el 10º de los ingresos más altos.
En el primero el ingreso promedio mensual es de 5,598 pesos y en el 10º, el más alto de 78,698 pesos. Si revisamos las tendencias del 2016 al 2024, en el año 2016 la diferencia fue de 21 veces más el ingreso más alto en comparación del más bajo, mientras que al año 2024 se redujo esa diferencia a 14 veces entre ambos extremos, lo cual indica que se está avanzó en este periodo.
En cuanto a las fuentes de ingresos registrados, la encuesta del Inegi informa que el 65.6% proviene de sueldos y salarios, es decir del trabajo; un 17% por transferencias que bien pueden ser de pensiones por jubilación, donativos o por los programas del bienestar, observamos que si bien han influido en los ingresos los programas del bienestar, el crecimiento importante en los ingresos de los hogares es producto del trabajo.
El Observatorio destaca lo anterior, considerando que debe considerarse en la elaboración de las políticas públicas, ya que si bien las los programas sociales proporcionan recursos que se destina al consumo directamente y eso ayuda al economía, su impacto a largo plazo en las finanzas públicas es muy importante, ya que al destinarse una gran cantidad de recursos públicos al consumo y al gasto, se reducen los recursos destinados a la inversión que son los que generan la capacidad productiva para generar más riqueza y distribuirla.
Referente al análisis regional de los ingresos en las familias, se observa que el Estado de Nuevo León es el que tuvo un mayor incremento del 2024 respecto al 2020 ya que tuvo un crecimiento en sus ingresos promedio mensuales de un 23%.
El Estado de Quintana Roo, al igual que la Ciudad de México, tuvo un incremento del 12%, mientras que el vecino Yucatán un 14% promedio mensual. Algo sumamente preocupante, el Estado de Chiapas tuvo decremento en sus ingresos promedio mensuales de un 7% lo cual enciende una zona de riesgo para su desarrollo y bienestar.
Es por ello importante que “tengamos esta revisión de los indicadores económicos y sociales para entender los efectos y consecuencias en otros factores sociales como los de la seguridad y el desarrollo económico”, concluye el análisis del Observatorio.