
Signos
Pierde la izquierda en Chile.
Como en Bolivia, Perú, Ecuador Argentina y Honduras.
(Como se deroga en Venezuela y Nicaragua.)
Como pierde Cuba, atenida -desde los tiempos del subsidio soviético como enclave regional estratégico- a las relaciones de beneficio con sus aliados (China es hoy un capitalismo de competencias corporativas privadas regido por un comunismo de Estado que se rige según las conveniencias empresariales de su mercado y de sus grandes y decisivos sectores públicos), cuando gobiernan los izquierdismos eventuales aliados, y sin ser capaz de generar un modelo socialista moderno y competitivo que se defienda con alternativas productivas y abiertas a la economía mixta y no con el ideologismo represivo y la condena eterna al bloqueo estadounidense (tan cierto e inhumano que es, como bandera ideológica que también es, nunca ambas cosas tan objetivas como en la era supremacista de Trump) contra el que no apuesta con un internacionalismo dialogante que concilie respaldos globales, sino con la misma retórica castrista, ya senil, de los tiempos de la Guerra Fría.
No ganan las oligarquías. Sólo apuestan por el derrumbe inevitable que provoca entre las izquierdas gobernantes la ausencia de liderazgos hegemónicos, lo mismo que sus incapacidades sucesorias, de gestión pública, de institucionalidad popular dominante, de racionalidad ideológica y de unidad contra sus desaforadas pugnas de oportunistas, simuladores y dogmáticos militantes.
SM