
FRANCIA.- La actriz, cantante y activista francesa Brigitte Bardot, uno de los grandes íconos del cine europeo y símbolo sexual de las décadas de 1950 y 1960, falleció a los 91 años, informó este domingo la fundación que lleva su nombre.
Bardot alcanzó fama internacional con la cinta Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida por Roger Vadim, quien entonces era su esposo. Posteriormente protagonizó filmes emblemáticos como La verdad (1960) y El desprecio (1963), consolidándose como una de las últimas grandes leyendas vivas del cine francés, junto a Alain Delon, fallecido en 2024.
Nacida en París en 1934, creció en una familia católica tradicional y desde joven destacó como bailarina de ballet, lo que le permitió ingresar al Conservatorio de París. Paralelamente inició una exitosa carrera como modelo y, con apenas 15 años, apareció en la portada de la revista Elle en 1950.
Durante la década de 1960, participó en varias producciones de gran impacto, como Un asunto muy privado, de Louis Malle, junto a Marcello Mastroianni. También incursionó en el cine internacional con títulos como ¡Viva María!, ambientada en México y coprotagonizada con Jeanne Moreau, y Shalako, un western junto a Sean Connery.
Además de su carrera cinematográfica, Bardot desarrolló una faceta musical destacada. Inspiró la canción Je t’aime… moi non plus, compuesta por Serge Gainsbourg, con quien la grabó en 1967, aunque la versión que se volvió célebre fue la interpretada posteriormente por Jane Birkin.
Se retiró del cine en 1973, a los 39 años, tras protagonizar La edificante y alegre historia de Colinot, y desde entonces se volcó de lleno al activismo por los derechos de los animales. En 1986 fundó la Fundación Brigitte Bardot, que se convirtió en una de las organizaciones más influyentes en la defensa animal en Europa.
No obstante, su figura también estuvo rodeada de polémica por sus posturas políticas. Bardot manifestó en diversas ocasiones su cercanía con la ultraderecha francesa y con la familia Le Pen, lo que le valió múltiples condenas judiciales por declaraciones consideradas difamatorias y xenófobas, particularmente contra la comunidad musulmana.
En los últimos años, Bardot vivía alejada de la vida pública en Saint-Tropez, con problemas de movilidad y un estado de salud delicado. A principios de diciembre, su fundación había desmentido rumores alarmistas y pedido respeto a su privacidad.
Con su muerte, se cierra un capítulo fundamental de la historia del cine francés y de una figura que combinó fama mundial, provocación cultural y una vida marcada por la controversia.