El Minotauro
Nicolás Durán de la Sierra
Tanto en lo nacional como en lo estatal, esta semana ha sido fértil en lo que toca a la lucha contra el Covid-19, y no sólo por el anuncio de que para el fin de año saldrá la vacuna “Patria”, apoyada por el Gobierno federal, sino también porque hay signos esperanzadores de que muy pronto Quintana Roo podría alcanzar la luz verde en el semáforo epidemiológico nacional.
En su reciente mensaje, el gobernador Carlos Joaquín destacó que el impacto del coronavirus en el Estado va a la baja y que, pese a que aún no se puede hablar de la remisión de la epidemia, su incidencia ha descendido en casi toda la entidad, en especial en la zona norte, pues en el sur los avances han sido más espaciados, acaso por su amplitud geográfica.
Si bien el logro es resultado del esfuerzo conjunto de los tres niveles de Gobierno, la labor del estatal fue básica. El mediar con acierto entre la salud pública y el turismo, base de nuestra economía, no fue fácil. En el mapa sanitario del país, el norte turístico del Estado era considerado como un “foco rojo” por el arribo de viajeros, pero se logró conjurar la amenaza.
Por otra parte, si bien se sabía que varias universidades y laboratorios mexicanos iban por el diseño de fármacos para prevenir el Covid-19 -hay tres en proceso según el Conacyt-, el anuncio de las primeras pruebas de la vacuna “Patria” es alentador. Se trata, además, de una vacuna de vanguardia que cubriría las necesidades de futuras campañas de vacunación masiva.
Para Edda Sciutto Conde y Juan Pedro Laclette, los dos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, y quienes dirigieran el diseño de “Patria”, la fabricación de vacunas es un “asunto de seguridad nacional”. Esta epidemia “no será el última y debemos tener suficiente estructura para actuar con rapidez; debemos retomar el liderazgo mundial que tuvimos en este campo”.
Así pues, esta ha sido una semana fértil en lo que toca a la lucha aún vigente contra el Covid-19.