
El minotauro
Por Nicolás Durán de la Sierra
En estos acelerados tiempos electorales, pues arrancan mucho antes de lo habitual si se considera que la justa formal será en dos años; en estos tiempos, pues, en que todo gesto público tiene peso político extra, dijérase que a la dirigencia guinda no le interesa retener el gobierno de la capital estatal, que Chetumal no está en el radar de Morena rumbo al proceso del 207.
Por lo menos, en los últimos días, la operación y gestión oficial no apunta a ganar votos, sino más bien a perder los que allá tiene. Dos ejemplos de lo dicho: como si le diera un gran obsequio a los capitalinos, el instituto de movilidad anunció la entrada del servicio de autobuses de pasajeros en Chetumal, pero el tal regalo, por decirlo así, tiene más en contra que a favor de la comunidad.
El costo del pasaje, con 15 pesos ahora y 18 en el 2026, será el más alto de la Península Yucatán y uno de los más caros del país, y eso que, se dijo, lo subsidiará el gobierno estatal; además, la entrada del servicio trae aparejada el alza en casi un 50 por ciento en las tarifas de taxis y de combis peseras. El regalo evoca a la manzana de Blancanieves. ¿Quién ganó con todo esto? La comunidad, no.
El otro ejemplo es el cambio de Chetumal a Cancún del Órgano de Administración Judicial, antes Consejo de la Judicatura. Esta instancia, que maneja presupuestos y dinero de juzgados, deja “la sede de los poderes” y se desatan protestas desde jurídicas: viola la constitución, hasta de orden político: se desprecia a la ciudad. Sean válidas o no, son las posiciones que privan allá.
Los únicos contentos son los funcionarios de Cancún y Playa del Carmen, por ahorrarse unas horas de viaje a Chetumal, de no ir por avión, que el manejo del órgano financiero tiene atractivos. Por lo que se ve en lo local, no buena sino óptima resultó la pasada reforma del Poder Judicial. Por cierto, ya se dio la primera crisis de personal en el dicho órgano administrativo.
Hay otros ejemplos, uno sería la estatua del Congreso, pero con estos basta. Si se suman además las pifias de Yensunni Martínez, su guinda alcaldesa, quien ganó la reelección por escaso margen, Morena afronta una ruta difícil y más si no busca apoyo del votante. La llamada “operación electoral” no alcanza frente a un voto masivo en contra… y parece que lo habrá.