CANCÚN.- La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), que en Quintana Roo aglutina a más de 25,000 trabajadores vinculados a hotelería y el sector servicios, anuncia que más de 80% de los sus afiliados han sido recontratados directamente por sus empleadores, dejando atrás la tercerización u outsourcing.
Martiniano Maldonado Fierros, dirigente de la CROC local, aseguró que hasta el 23 de julio pasado las empresas tenían como plazo para migrar a la totalidad de sus empleados a las nuevas condiciones que exige la reforma laboral en materia de outsourcing, pero al otorgarse una prórroga de entre un mes y 90 días para la entrada en vigor de la nueva normativa, continuarán con la reconversión de los contratos laborales que hasta el momento no han causado despidos o recortes como habían previsto algunos analistas.
Cabe mencionar que el Consejo Técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) decidió extender el tiempo para que las empresas que tenían algún esquema de subcontratación puedan cumplir con los trámites del régimen de transición de la reforma de outsourcing, y dejó abierto el plazo hasta en tanto el Congreso de la Unión defina la nueva fecha límite.
Al respecto, el dirigente sindical explicó que lo que han venido trabajando con las empresas es un trámite de sustitución patronal en el que se recontrata al trabajador, respetando su antigüedad y demás prestaciones laborales, ya sin las llamadas “pagadoras” que abundaron por años en Quintana Roo.
Maldonado Fierros explicó que alrededor de 300 empresas con las que tienen contrato colectivo, al menos la mitad utilizaban pagadoras para evadir sus obligaciones patronales, lo cual estaba permitido por la ley, sin embargo, la transición hasta el momento no está generando mayores inconvenientes, pues prácticamente todas las empresas con las que tienen relación están manteniendo la totalidad de sus plantillas laborales bajo el nuevo esquema de contratación directa.
Aunque se especuló sobre eventuales despidos, insistió en que la mayoría de las grandes cadenas hoteleras están manteniendo a sus trabajadores.
Sin embargo, reconoció que, si bien, la CROC mantiene un aproximado de 25,000 trabajadores en el estado, dicha cifra es apenas la mitad de lo que la central tenía antes de la pandemia, es decir, que aún no logran recuperar los 25,000 empleos perdidos en el último año y medio, pues aunque actualmente hay alta demanda de personal en la hotelería y el sector restaurantero, lo que está escaseando es la mano de obra, ya que a raíz de la pandemia mucha gente que vino a Cancún por trabajo se regresó a sus lugares de origen y ya no regresó después de la reactivación del turismo.
En entrevista previa a finales de 2020, el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Isla Mujeres y Puerto Morelos, Roberto Cintrón Gómez, dijo que la regulación al outsourcing obligará a que muchas empresas en la entidad regresen a los esquemas tradicionales de contratación, pues reconoció que muchos hoteles operaban bajo esta modalidad.
Cintrón Gómez reconoció que Quintana Roo está situada a nivel nacional como el estado con mayor número de pagadoras instaladas, por lo que consideró que este fenómeno ha tenido un impacto no sólo en las condiciones laborales de miles de trabajadores del sector servicios, sino en la recaudación de impuestos a nivel estatal.
“Es un tema en el que las empresas que estaban laborando bajo este esquema de pagadoras tienen forzosamente que regresar al esquema tradicional; las finanzas del Seguro Social se han visto en gran medida afectadas por este tipo de esquemas, la vivienda para trabajadores también, la seguridad social, la atención médica de calidad por falta de recursos”, reconoció el líder hotelero.
En el 2020 Quintana Roo figuraba a nivel nacional como la entidad con mayor porcentaje de trabajadores contratados bajo el esquema outsourcing o subcontratación, con 33% del total de su personal ocupado, seguido de Baja California Sur con 23% y la Ciudad de México 19%, según el diagnóstico IMCO, la Subcontratación y sus Implicaciones en México.
Fuente: El Economista