El ocaso de los Legionarios

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El minotauro

Por Nicolás Durán de la Sierra

El arribo de Salvador González Morales como obispo de la diócesis Cancún-Chetumal en relevo de Pedro Pablo Elizondo, supone para los Legionarios de Cristo un duro revés; implica el ocaso definitivo de una orden que por más de medio siglo tuvo en Quintanas Roo, no sólo su único obispado en México, sino también la sede de sus más lucrativos negocios, en especial los educativos.

El recién llegado, exobispo auxiliar de la Arquidiócesis de México -la élite eclesial el país-, y no afiliado a orden religiosa alguna, tiene ante sí todo un desafío: frenar la baja del catolicismo estatal que del 90% de hace unos años pasó a un actual 64%, con el lógico desarrollo de otros credos, además de reorganizar la gestión de las 576 parroquias y capillas de Quintana Roo.

Adiós de una orden

Cabe señalarse que el adiós de esta orden comenzó diez años atrás, en 2015, cuando la arquidiócesis la retiró de la dirección del Seminario Mayor local, medida que fue reforzada después por el papa Francisco, quien fomentó la llegada de franciscanos y seculares al grado que en el Estado ahora sólo hay 64 legionarios entre los poco más de 150 sacerdotes aquí radicados, los más en Cancún.

La salida de Pedro Pablo Elizondo por razones de edad -cumplió 75 años a fines del 2024- fue utilizada por la arquidiócesis para, con discreción, dar un giro a la prelatura estatal y acercarla al grueso de la población. Los legionarios iban más hacia las clases media y alta, sobre todo la última, la que apoyaba en buena medida sus costosos proyectos: iglesias en zonas de lujo.

Nuevos tiempos para la prelatura

Dos visiones diferentes del culto católico. En más de un sentido, la orden estaba y está lejos de la tendencia del Vaticano, que mira hacia los que tienen poco; además del descrédito de la orden, que va de los casos de abuso ya sabidos, a los problemas que generaron al apropiarse de lotes urbanos con la connivencia oficial ya por miedo o porque la terrena riqueza salpica a todos…

Nuevos tiempos para la prelatura estatal, la que hoy ya no es baluarte legionario, lo que daña también y mucho al movimiento internacional Regnum Christi, que suma apostolados laicos formados por hombres y mujeres, los llamados “consagrados”, que buscan acomodo en los mundanos estratos políticos. tiene presencia además de México, en Estados Unidos, España y Centroamérica.

Menuda faena la que enfrenta el nuevo obispo Salvador González Morales.

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