La fortuna de Mara Lezama en la política quintanarroense…

La cosa pública

Por José Hugo Trejo

La suerte de María Hermelinda Lezama Espinosa resulta asombrosamente inexplicable desde que dio el salto de modesta conductora de un programa radiofónico de denuncia social a figura política de primer nivel en el Estado de Quintana Roo, pese a su deslealtad a quienes la han venido impulsando en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su cuestionado enriquecimiento exorbitante al amparo de una actividad para la que no está hecha pero que le ha sacado provecho económico con creces.

Su ingreso al ámbito político estatal lo hizo sacando una jugosa tajada económica, aunque entró a la historia negra del Municipio de Benito Juárez como la segunda candidata a la presidencia municipal que declinó por razones injustificables a una contienda en la que el partido que la postuló, Morena, esperaba obtener su primer triunfo importante en Quintana Roo y fortalecer la campaña por la gubernatura que en 2016 estaba encabezada por el hoy senador José Luis Pech Várguez.

Sin embargo, en 2016, Mara Lezama, como le gusta que la llamen, renunció a la candidatura para presidente municipal de Benito Juárez, tal y como lo hizo en 1993 Eduardo Pacho Sánchez, alegando recibir amenazas de muerte; aunque lo único que recibió a través de su familia fueron jugosas concesiones y prebendas de la administración estatal encabezada por el priista Roberto Borge Angulo.

Cabe hacer un paréntesis aquí para dilucidar bien cuáles eran los intereses que estaban en juego en la elección estatal de 2016 en Quintana Roo y quiénes los representaban, para que quede más claro el papel que jugó Mara Lezama en ese proceso y su actual vinculación estrecha con esos mismos interesados.

En el proceso electoral de 2016, el mayor interesado en ganar el Municipio de Benito Juárez, más que el Partido Revolucionario Institucional(PRI) y el exgobernador Borge Angulo, que ya había perdido en la designación del candidato oficial a sucederlo, era Jorge Emilio González Martínez, “El Niño Verde”, pues los priistas le habían entregado la candidatura para la presidencia municipal de la coalición PRI-PVEM a su pupilo Remberto Estrada Barba, al igual que la candidatura para el gobierno del recién creado Municipio de Puerto Morelos.

Luego entonces sí alguien tenía interés en conservar el control del gobierno municipal de Benito Juárez en 2016, cuando Mara Lezama renunció a la candidatura morenista pretextando recibir amenazas de muerte, era “El Niño Verde” González Martínez, jefe político para esas fechas de los priistas y verdeecologistas en Quintana Roo.

Es de concluir que en 2016 el más interesado en sacar a Mara Lezama de la contienda por la Presidencia Municipal de Benito Juárez y afectar con ello la campaña de Morena, era “El Niño Verde” González Martínez y por ello es el sospechoso principal de la autoría de las amenazas, si es que realmente existieron, que recibió la hoy reelecta presidenta municipal benitojuarense.

¿Cómo explicarse entonces la abierta alianza que mantienen Mara Lezama y “El Niño Verde” desde 2018, si en 2016 una se presumía víctima de amenazas y el otro se observa con el tiempo como al principal sospechoso de su autoría, si es que realmente existieron? La respuesta se la dejo al lector…

Pero con todo y esa farsa, y el extraordinario enriquecimiento familiar que alteró, para bien y para su goce, sus costumbres y gustos, Mara Lezama ha venido coronando con éxito su corta incursión en la política y no parecen importarle mucho los señalamientos que sobre su gobierno y su persona fluyan en la opinión pública estatal y nacional, porque como dice ella ahora que anda en reuniones proselitistas por el centro y sur del Estado, está muy  tranquila y segura, porque si bien se siente atacada por los senadores Marybel Villegas y José Luis Pech, al final de cuentas dice que la apoya el Presidente que es lo que cuenta, como ocurrió en su reelección hace unos meses y está segura que será lo mismo en la campaña por la candidatura para gobernador del Estado.

La suerte y la estrella política de Mara Lezama parecen no declinar, como sí ocurrió con otros morenistas que violaron las reglas de austeridad y mesura impuestas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, no obstante que los señalamientos por la adquisición de la residencia en Puerto Cancún, o incluso el haber aceptado públicamente que se la “prestaron” para pasar la pandemia con su familia, así como los viajes en vuelo privado a las montañas de Colorado con toda la familia, entre otras denuncias probadas que le pesan formalmente, son motivos que sobre pasan en mucho los que le dieron al Presidente otros morenistas para caer de su gracia.

Sin embargo, Mara Lezama sigue probando esa suerte tan suya, apostándole a la candidatura de Morena en Quintana Roo, para enterrar en el Caribe mexicano al proyecto de la 4T…

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