Parece que comienza la guerra contra el ‘narco’ en Sinaloa. No al estilo de Calderón. Ni su contrario: el pacifismo timorato obradorista vendido como humanismo igualitario con justicia para los violentos y sus víctimas, que añadía tantas tragedias e inocentes caídos como los de los combates calderonistas de fuego contra fuego. Parece que comienza la guerra que menos quieren los narcos; la que los pone como victimarios y culpables junto a las autoridades locales (políticas, policiales, ministeriales y judiciales) con que se asocian, que los amparan o a las que suplen de manera fáctica por incompetentes y corruptas. En Sinaloa, donde podrá verse y saberse de qué lado está, en realidad, el Gobernador Rocha Moya, y si la Presidenta tiene evidencias de valor para seguirlo defendiendo.
SM