Fernández, Lezama, Beristáin y Segovia, los peores alcaldes del trienio

Otro trienio llegó a su fin, y nada cambió para los habitantes de los 11 Municipios de la entidad, quienes continuaron padeciendo la mala gestión de los alcaldes y demás funcionarios, quienes dejarán los Ayuntamientos más pobres de lo que ya estaban. Problemas como la acumulación de la basura en las calles, el escaso alumbrado público, la nula pavimentación, la falta de pago a proveedores y empleados, el aumento del crimen organizado y la culminación de millonarios proyectos urbanos completamente inútiles caracterizaron a las administraciones municipales a lo largo y ancho del Estado, pero principalmente en el norte, donde gracias personajes como Mara Lezama, Laura Fernández y Laura Beristáin se sirvieron con la cuchara grande, teniendo como cómplices principales a los líderes del Partido Verde, quienes han hecho del ecocidio y la extorsión empresarial su principal negocio. Lo peor, es que con la excepción de la alcaldesa de Solidaridad, quien falló al abusar de su presunta amistad con el presidente de la República, el resto de ediles corruptos consiguió retener los Municipios o fueron beneficiados con otros cargos gracias al voto de un gran sector de personas que no puede diferenciar entre la labor y el proyecto presidencial y las siglas del Morena, un partido que va perdiendo el rumbo. Y si bien los Municipios del centro y sur no reciben la misma cantidad de recursos por concepto de turismo, no fue impedimento para que Otoniel Segovia, Alexander Zetina y José Esquivel, entre otros, aumentaran su patrimonio personal a costa de los Ayuntamientos. Nuevas administraciones entrarán en funciones este próximo 30 de septiembre con la promesa de hacer lo que sus antecesoras no cumplieron, aunque, con infames personajes de regreso en las salas de cabildos, de antemano no se puede esperar más que otros tres años de lo mismo.

Javier Ramírez

En los últimos tres años no hubo un solo presidente municipal quintanarroense que pudiera presumir de importantes avances, ya sea en materia urbana, seguridad o bienestar de sus habitantes.

En cambio, sí se destacaron por algo, fue por incrementar –mediante contratos amañados con empresas fantasmas y/o prestanombres- la deuda de los Municipios. Y para esto, los alcaldes emanados del Morena se pintaron solos, especialmente la de Benito Juárez, María Hermelinda Lezama.

Y es que de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, hoy el Municipio turístico más importante del país ocupa el lugar ocho de los de mayor deuda a nivel nacional, con 950.2 millones de pesos.

Pero sus compañeros de partido en el resto del Estado no se quedan atrás. Otoniel Segovia, en Othón P. Blanco, hizo perder al Ayuntamiento entre 7 y 10 millones de pesos en promedio al año, y, aún así, asegura que buscará una diputación local el próximo año.  

Las millonarias deudas de Lezama

La gestión de Mara Lezama en los últimos tres años se caracterizó por dar seguimiento a muchos de los negocios que emprendió su antecesor, el verde Remberto Estrada Barba, quien utilizó las concesiones de la basura y el alumbrado público para enriquecer sus bolsillos y el de sus cómplices, entre ellos el exedil Carlos Canabal Ruiz.

Y es que debido a la negligencia y la codicia de Lezama, hoy dos empresas pelean la millonaria concesión del servicio de recoja de basura: Intelligencia México, propiedad de Canabal, y Red Ambiental, que tiene como socios a su hijo, Daniel Berrón Lezama, y Jorge Emilio González Martínez, dueño del Partido Verde.

El gobierno de Hermelinda se ha querido lavar las manos asegurando que la empresa de Carlos Canabal incumplió con las condiciones del contrato y que por ello Red Ambiental entró con unidades nuevas y una plantilla de 400 trabajadores calificados, 60 de los cuales llegaron desde Intelligencia México.

Lo cierto es que la decisión de la alcaldesa se basó en su propio beneficio, pues además de que uno de sus hijos, Daniel Berrón Lezama, es socio dentro de Red Ambiental, empresa a la que se le está pagando casi el doble de lo que recibía Intelligencia México de acuerdo con el contrato firmado por Remberto Estrada y esta última, en caso de que se diera una revocación de la concesión, imputable o no a la empresa, esta recibiría una indemnización de 2 mil 800 millones de pesos. Así, Mara estaría beneficiando a ambas partes al mismo tiempo.

Por acciones como esta, la Comuna que dirige acabó por aumentar su deuda, aunque ella hace circo y maroma para intentar negarlo.

Según Lezama, quien este 30 de septiembre iniciará su segundo periodo en la presidencia municipal, los tres créditos registrados por su administración, que ascienden a mil 113 millones de pesos, fueron solicitados por sus antecesores, Paul Carrillo y Remberto Estrada, y ella únicamente los refinanció.

Aún así, datos del Registro Público Único de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público revelan que con su deuda de 950.2 millones de pesos, Benito Juárez ocupa el puesto 8 de los Municipios con mayor deuda en el país.

Y es que al contratar en octubre de 2019 un monto de 500 millones de pesos ante BBVA Bancomer y al siguiente mes otros 500 millones con Banco Azteca, comprometió el 63.46 por ciento del Fondo General de Participaciones por los próximos 13 años.

Aparte del factor económico, Mara no consiguió disminuir el avance del crimen organizado ni los amagos de los diversos sindicatos, principalmente el de los taxistas, que bloquean las principales vías a la menor provocación.

Beristáin, obligada a saldar deuda

Sus excolegas, Laura Beristáin, de Solidaridad, y Laura Fernández, de Puerto Morelos,  se retiran también dejando una mala impresión. La primera, para empezar, no contó con el apoyo de los ciudadanos en su intento por reelegirse, aun y cuando no perdía la oportunidad de presumir el presunto apoyo que el presidente de la República le daba.

Y aunque ha gastado en publicidad para asegurar que deja un Municipio menos endeudado a la próxima alcaldesa, la panista Roxana Lili Campos Miranda, lo cierto es que la deuda a corto plazo casi supera los 500 millones de pesos, y que al no contar con el aval del Congreso del Estado tiene que pagarla antes del próximo 30 de septiembre.

Esta deuda se divide de la siguiente manera: por concepto de Proveedores, 219 millones 331 mil pesos; Servicios personales, 4 millones 192 mil 788.20 pesos; Contratistas por obras públicas, 138 millones 316 mil 590 pesos; Retenciones y contribuciones, 72 millones 272 mil pesos; Devoluciones de la Ley de Ingresos, un millón 191 mil 011 pesos, y Otras cuentas, que no se especifican, 54 millones 875 mil 470 pesos.

A unos días de que su administración concluya, no hay avances en el pago de estos conceptos. La aún alcaldesa tampoco ha dado la cara por los serios defectos hallados en la remodelación de la Quinta Avenida, en la que involucró empresas fantasmas.

Ecocidios y despilfarro, marca de Laura Fernández

La munícipe de Puerto Morelos se retira tras cumplir dos periodos en el cargo, mismos que utilizó para permitir la invasión de tierras a cambio de votos, modificar el Programa de Desarrollo Urbano para forzar el crecimiento del territorio y, por ende, incrementar los recursos del Ayuntamiento vía permisos e impuestos, lo que derivó en varios ecocidios.

Debido a estas criminales políticas, diversos expertos destacaron que el Ayuntamiento de Laura Fernández Piña tuvo un mal manejo de los residuos sólidos y líquidos de la basura descompuesta, lo que ocasionó la muerte de pastizales marinos, de los corales del Parque Nacional Arrecifes, poniendo en grave riesgo de contaminación al Gran Acuífero Maya.

Además, llevó a cabo obras cuyos recursos fueron “inflados”, como parte del programa de “Pisos firmes”, y la remodelación del llamado Casco Antiguo, que costó 20 millones de pesos –aunque el trabajo final se ve como de sólo 6- y una represión violenta de los cuerpos policiacos en contra de activistas que intentaban detener los trabajos.

En marzo pasado, el Cabildo aprobó un endeudamiento por 720 millones de pesos, a pagar en 20 años, para la construcción de un nuevo palacio municipal y brindar alumbrado público al territorio municipal, proyectos denominados “Unidad de Servicios Administrativos” y “Proyecto para el Desarrollo de un Sistema Integral de Eficiencia Energética y Mejoramiento de la Calidad del Alumbrado Público”, respectivamente, que tendrán un costo de 336 y 384 millones de pesos.

La de Segovia, una gestión mediocre

En el sur del Estado, el presidente municipal más criticado fue sin duda el othonense Otoniel Segovia Martínez, quien echó por la borda la esperanza de los miles que votaron por el entonces candidato morenista Hernán Pastrana, quien falleció semanas después de asumir el cargo.

Segovia Martínez exhibió desde el principio su incapacidad para gobernar, al dejar durante semanas las calles llenas de basura al no poder llegar a acuerdos con los trabajadores encargados de la recoja. Además constantemente incumplió con las observaciones realizadas por la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) ante el peligro que representan los constantes incendios del basurero municipal, lo que al final derivó en varias multas, una de ellas por más de 3 millones de pesos.

Su administración dejó a la capital del Estado sin un servicio eficiente de alumbrado público y dejó que las calles siguieran destruyéndose, hasta que prácticamente resultaba imposible atravesar varias de ellas.

Asimismo, no cubrió varias prestaciones de los trabajadores, quienes no dudaron en irse a huelga para buscar una solución a la falta de pago.

Para colmo, en plena pandemia, destinó cerca de un millón de pesos para darle mantenimiento al Parque del Renacimiento de Chetumal, sin siquiera solicitar permiso al Cabildo. 

Pese a todas estas irregularidades, se dio el lujo de no utilizar recursos por entre 7 y 10 millones de pesos al año, mismos que tuvieron que ser devueltos a la Federación. Por esta razón, varios regidores, entre ellos Cinthia Millán Estrella, María Hadad Castillo, Manuel Martínez Validez y Wilander Tun González interpusieron una denuncia en su contra por omisión en el desempeño de sus funciones en detrimento de las arcas municipales.

Además, tuvo que devolver a la Federación otros 108 millones de pesos que estaban destinados para la reconstrucción del mercado “Lázaro Cárdenas” y otras obras para la capital del Estado.

Todavía quedan pendientes de resolver varias denuncias en contra de Segovia, como contratar a gente allegada a él y entregar obras a la empresa Amex ecosolution, misma que además de trabajos deficientes generó una carga a las finanzas municipales.

Cínicamente, aseguró que el próximo año buscará ser candidato a la diputación federal con las siglas del Morena, pues, afirmó, tiene “mucho que aportar”, especialmente en materia de seguridad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *