
CANCÚN.- El sector inmobiliario de Quintana Roo atraviesa un momento de estabilidad con proyección de crecimiento, impulsado por dos fenómenos que marcan la pauta en los destinos turísticos del Caribe Mexicano: la renta vacacional y la plusvalía sostenida.
De acuerdo con la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios de Quintana Roo, actualmente están en marcha 988 proyectos que generan una derrama anual estimada en 142 mil millones de pesos, principalmente en Cancún, Playa del Carmen, Tulum, Puerto Morelos y Cozumel. El dinamismo se concentra en el segmento de vivienda media, residencial y de lujo, con más de 30 mil unidades en construcción y un promedio de mil 679 viviendas vendidas cada mes.
Plusvalía en ascenso
El atractivo del mercado se refleja en el incremento de la plusvalía inmobiliaria: Cancún registra un aumento anual de 12%, Playa del Carmen 15%, Puerto Morelos 17% y Tulum, pese a la sobreoferta, mantiene entre 7 y 8%. Estas cifras contrastan con la caída de hasta 8% en la ocupación hotelera, lo que evidencia que el negocio inmobiliario sigue consolidándose como motor económico paralelo al turismo.
Auge de la renta vacacional
La renta vacacional se ha convertido en una alternativa cada vez más demandada por inversionistas y compradores, fenómeno comparable al boom del tiempo compartido en los años 80. Este esquema permite a los propietarios obtener rentabilidad inmediata y se proyecta que evolucione hacia modelos de operación profesionalizada, con desarrollos que ofrezcan administración integral en lugar de depender de arrendadores individuales.
Compradores nacionales, al frente
El mercado nacional es el principal impulsor de este auge. Familias y empresarios provenientes de Monterrey, Guadalajara, el Bajío y el sureste del país concentran la mayor parte de las adquisiciones, a diferencia de la costa del Pacífico, donde los extranjeros dominan con hasta 60% de participación. En Quintana Roo, los compradores foráneos representan entre 25 y 30%.
Oportunidades y desafíos
Con un inventario que podría colocarse en un lapso de 14 a 18 meses, los desarrolladores coinciden en que el reto será garantizar que el crecimiento urbano vaya acompañado de planeación, sostenibilidad e infraestructura. La expansión hotelera —con más de mil 500 hoteles y 135 mil cuartos— y la presencia de fenómenos como el sargazo obligan a replantear estrategias para mantener el atractivo turístico y consolidar al Caribe Mexicano como destino de inversión inmobiliaria de talla mundial.