Stand up político: dos escenas de humor involuntario

4

El minotauro

Por Nicolás Durán de la Sierra

La política o, con más amplitud, el ejercicio del servicio público, es semillero del involuntario humor. Oír con atención sus peroratas -a más zafiedad, mayor énfasis- o ver sus desplantes basta para recuperar la sonrisa, y esta semana bien sirve para dar ejemplos de lo dicho. Se subraya que sus actores no van por la risa fácil ni son estrellas de moderno stand up. Conste.

Tenemos, por ejemplo, la campaña de Diego Castañón, alcalde de Tulum, por lograr que el acceso a las playas sea libre en todo el país. Loable sería el afán de no ser porque, por ley, la entrada a estas es libre desde 2020, tras de que el Senado lo instituyera en la Ley General de Bienes Nacionales y, ese mismo año, se publicara en el Diario Oficial de la Federación.

Que el edil haya ido con Ricardo Monreal, líder guinda en la Cámara Baja y éste le haya dado cuerda, habla del fin publicitario de ambos, no de su tino legislativo. El dicho acceso es real sólo en el papel, y todo seguirá así hasta que se pueda sancionar a sus infractores, aunque sean los hoteleros que invadieron el derecho de vía… Un episodio más de los héroes del Facebook.

Crédito quirográfico: el más caro

Entre paréntesis, el alcalde acaba de ser avalado por su cabildo para pedir crédito quirográfico por 76 millones para su gasto corriente. Este tipo de crédito es el más caro del mercado bancario. El asegura que “todo va a ser transparente, nada va a estar escondido” y que por favor que no se asuste la comunidad porque él sabe lo que hace. Bueno, esto último no lo dijo, pero se infiere.

Otro ejemplo es el sainete montado en Chetumal en las elecciones internas del PAN. Estuvo de ambiente y hubo sangre y mentadas como en fiesta de pueblo; el arribo del nuevo líder azulino, el diputado Ángel Álvarez, fue precedido por una salva de golpes a la familia González, que, por años, gozara de la franquicia política y a la que tan no le gustó el trato recibido que acudió a la policía. Chava Flores se hubiera inspirado para una canción.

Hay quien se preguntará si la franquicia valía el pleito, dado que la asistencia pública no es grande, pero la subvención atractiva en verdad no es esa, sino la que aceitará el proceso electivo de 2027.

Se dice que Reyna Tamayo, la líder estatal, podría dar cursos de mercadeo al recién llegado, pero es falso: la competencia no le es grata. ‘Lo cáido, cáido’, dicen que dice su lema, pero de seguro es otro chisme…

Se podrían dar otros ejemplos, claro, pero la ironía debe ser moderada. “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, dijo Baltazar Gracián hace algunos añitos (unos 500).

Entre tanto, por colofón, imaginemos la rabieta de Alito Moreno luego de que ayer Layda Sansores, gobernadora de Campeche, le expropiara siete hectáreas en la zona residencial de la capital… Debe ser de órdago.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *