4T: Congruencia o derrota

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La última palabra

Punto de inflexión: o la 4T corrige sus conductas internas o se viene una gran derrota en el 2027; ¿quién entenderá las señales?

Por eso llegan gobiernos ultras como Milei; la sociedad prefiere votar por un loco que por un corrupto.

La presidenta Claudia Sheinbaum parece estar sola y abandonada por las tribus internas que mantienen la rapiña por el poder, los presupuestos y los negocios.

Por Jorge A. Martínez Lugo

La corrupción que no se detiene y no hay señales de querer acabar con ella.

Al contrario, hay mucha basura política incorporada a la 4T después de la derrota electoral de 2021, cuando se generó ese pragmatismo salvaje por Andrés Manuel López Obrador, para ganar la mayoría constitucional en el Congreso de la Unión.

Sin embargo, aún hay un amplio “bono electoral” después del hartazgo social que sacó del Palacio Nacional a la corrupción neoliberalista en 2018.

En la marcha de este sábado 15 de noviembre hubo mucha manipulación mediática y porril, pero también está creciendo otro tipo de hartazgo que se tiene que escuchar y atender.

No se puede seguir mirando hacia otra parte sin dar señales de estar escuchando al pueblo, cuando prevalece la corrupción en gobiernos morenistas-verdes, que con toda impunidad actúan como en el viejo régimen prianista, de lo cual aquí en Quintana Roo tenemos ejemplos.

Otro tema son los fraudes electorales implementados por la 4T, igual que en el pasado, como son los casos del municipio de la capital, Chetumal, donde reeligieron con trampas a una alcaldesa foránea que reprobó como gobernante, pero aún así la volvieron a imponer.

Igual en Felipe Carrillo Puerto, a otra “fundadora” incongruente con los principios de no mentir, no robar y no traicionar, le tuvieron que encarcelar a su principal oponente para que pudiera ganar a duras penas ante una candidata suplente. Además, el Congreso está lleno de sumisos incompetentes, salvo excepciones, por decir lo menos, que ganaron por la ola obradorista. Y el Poder Judicial, secuestrado en la ilegalidad constitucional; ni siquiera hubo fraude, simplemente no hubo elección de Heyden. Como si el pueblo fuera tonto. ¡Sigan así!

Lo único que puede salvar a Claudia Sheinbaum y su proyecto 4T es que ofrezca muestras de querer acabar con la corrupción, tanto la de antes que sigue incrustada en el sistema, como la actual, alojada en el interior de su propio movimiento.

Congruencia es la palabra clave. Si persisten en derrochar el “bono democrático” -que se les está escurriendo como el agua-, van a recibir una dura lección en 2027, ni siquiera van a esperar hasta el 2030, cuando pueden perder la Presidencia de la república. Por mucho fraude, no les va alcanzar -no leen las señales-, si continúa la imposición de “candidaturas indeseables” en todos los niveles.

Ya tienen un primer aviso: la caída de Claudia Sheinbaum en el ranking internacional, del 2° al 9° lugar, misma encuesta que gustaba presumir a López Obrador.

Incongruencia, en el caso a nivel nacional del senador Miguel Ángel Yunes Márquez, representante de una familia icónica de la corrupción del pasado, a quien por un voto le entregaron nada menos que la Comisión de Hacienda en el Senado (¡!).

Y se siguen acumulando. No quieren escuchar que el problema no son las marchas ultras, con mucha violencia manipulada, como la del 15 de noviembre pasado, sino la corrupción interna y la lucha de poderes que desde dentro socavan a un gobierno que ahora está acorralado y necesita un plan para recuperar el paso.

Restablecer o mantener la confianza que poco a poco se va desgastando, está bastante difícil, ya que la presidenta Claudia Sheinbaum parece estar sola y abandonada por las tribus internas que mantienen la rapiña por el poder, los presupuestos y los negocios, tanto a nivel nacional, estatal y municipal.

¿Por qué llegan al poder gobiernos ultras como Milei? Precisamente, porque la gente prefiere votar por un loco que por otro corrupto. Usted tiene la última palabra.

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