Gobierno federal adjudica licitación para estadio en Cancún por 176.8 millones de pesos

CIUDAD DE MÉXICO.- La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) resolvió entregar a la firma Constructora Maíz Mier el proyecto de Construcción de Espacio Público y Estadio de Beisbol en Cancún, por un monto de 176.8 millones de pesos.

El fallo establece que esta empresa fue la que presentó las mejores condiciones legales, técnicas, económicas y administrativas en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás requisitos incluidos en la licitación pública.

El plazo de ejecución del proyecto integral de obra pública a precio alzado será de 170 días naturales, contados a partir del día hábil siguiente al de la formalización del contrato respectivo, se lee en el fallo.

Las empresas participantes fueron Pavimentos y Asfaltos Megar, Rodjuan Construcciones, Tucán Infraestructura, Grupaem México, Construcciones Herbre, Grupo Internacional Tamaulipas, Edificación Integral del Noroeste e Infraestructura y Publicidad.

En los documentos de la licitación se indica que el estado actual del campo de béisbol que se renovará en su totalidad pone en riesgo la vida de los aficionados, porque las columnas y trabes presentan daños, fisuras y un armado deteriorado.

El estadio en cuestión es el Beto Ávila, actual casa de los Tigres de Quintana Roo, que será renovado en su totalidad.

En los datos técnicos dados a conocer por la Sedatu en el proceso de licitación, se expone que el inmueble ocupa una superficie de 26,000 metros cuadrados, de las cuales se encuentran cinco áreas perimetrales al campo, dos áreas de gradas generales al fondo del campo, dos de preferente al centro del campo y un área principal con palcos.

Con este contrato sumarán ocho los estadios de beisbol remodelados con recursos del Programa de Mejoramiento Urbano (PMU), por un total de mil millones de pesos, además de los 511 millones de pesos de recursos federales que se pagaron en 2020 al Gobierno de Sonora para comprar el viejo estadio Héctor Espino en Hermosillo.

Fuente: El Economista

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